Lanzado al espacio en 2003, nos ofrece otra espectacular vista en infrarrojo del centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea.
El centro galáctico de la Vía Láctea está rodeado por nubes de gas y polvo que evitan que los telescopios ópticos nos puedan proporcionar imágenes claras de la región. Sin embargo, las cámaras infrarrojas del telescopio espacial Spitzer han obtenido esta impresionante imagen del núcleo de nuestra galaxia, dejando al descubierto la gran población de estrellas que ahí habitan.
La región central de la Vía Láctea es hogar de un agujero negro 4 millones de veces más masivo que el Sol. Dicho agujero negro se encuentra rodeado por millones de estrellas que se mueven a velocidades extremas. Esta zona caótica está siendo constantemente bombardeada por rayos X y luz ultravioleta. Lamentablemente, toda esta actividad es difícil de observar desde la Tierra debido a las gruesas y gigantescas nubes de gas y polvo que oscurecen la región.
El próximo telescopio espacial James Webb de la NASA tendrá la capacidad de captar la luz infrarroja que ha logrado penetrar las nubes de gas y polvo que rodean al centro galáctico. Esto significa que los astrónomos podrán obtener imágenes de una calidad nunca antes vista, que desvelarán los secretos que se encuentran ocultos en el núcleo de la Vía Láctea.
Fuente: El Universo Hoy
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