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Marte no tiene anillos, pero los tuvo… y los tendrá

Una investigación de expertos del Instituto SETI y de la Universidad de Purdue sostiene que la ligera inclinación de la órbita de Deimos, la menor de las lunas marcianas, sería el resultado de “travesuras gravitacionales” causadas por la presencia de antiguo anillo planetario.

Cabe señalar que las hipótesis anteriores planteaban que los satélites marcianos se formaron a partir de escombros expulsados cuando un asteroide gigante golpeó al Planeta Rojo.

Sin embargo, este reciente giro en la teoría sugiere que después de la colisión original y en el transcurso de miles de millones de años, generaciones de lunas marcianas han ido “reciclándose” en anillos, que, a su vez, fueron moldeados en nuevas lunas más pequeñas.

Ergo, cual ave fénix que surge de sus cenizas, los científicos creen que Deimos nació de un anillo de polvo dejado por versiones anteriores de sí misma.

Lo mismo sucederá con Phobos en unos 100 millones de años, cuando caiga bajo el yugo de las fuerzas gravitacionales marcianas, generando otro sistema de anillos a partir de sus propios escombros.

Los resultados del estudio se dieron a conocer en la 236ª Reunión de la Sociedad Astronómica Americana y ha sido aceptada para su publicación en el Astrophysical Journal Letters.

Fuente: Sciencealert / NATGEO

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