Júpiter no es, en definitiva, un lugar sereno. El planeta gigante está sacudido por descomunales tormentas y amplias bandas de nubes turbulentas que rodean todo el globo, extendiéndose a grandes profundidades.
Las nuevas imágenes de infrarrojo cercano y alta resolución del Observatorio Internacional Gemini han capturado la radiación térmica que brilla a través de las nubes desde el interior de Júpiter.
Cuando éstas se combinan con las imágenes ópticas de Hubble, tomadas poco tiempo después, los científicos han podido reconstruir la actividad interna y externa del gigante gaseoso.
Fuente: Science Alert
Comments